Cruzando la fina frontera que separa el odio del amor. La descripción perfecta de mi experiencia con Photoshop. Odiarlo, para llegar a desarrollar una dependencia profesional (y a veces personal) hacia esta programa. Dado que hace poco mi herramienta favorita cumplió un cuarto de siglo, no quiero dejar de compartir con vosotros una breve historia del Photoshop.
-
John Knoll – El Fanático de Star Wars
Todo empezó como muchas instituciones de nuestro mnáundo moderno, con un grupo de fanáticos del Star-Wars. A John Knoll, un supervisor de la casa de efectos visuales de George Lucas, Luz Industrial y Magía, le intrigaba una aplicación Mac de edición de imágenes, en la que su hermano Thomas estaba trabajando como un hobby. Empezó a difundirlo en todo el ILM. A los que se encargaban de los gráficos les encantó la manera en que casi todo se hacía en alta calidad, incluso mejor que con sus maquinas Pixar, suprimiendo además gran parte de los costes. Fue utilizado para los efectos especiales de la película de James Cameron, El Abismo.
Los Knolls se dieron cuenta de que tenían un pedazo de software en sus manos, y se dedicaron a desarrollarlo para poder venderlo. John le puso el nombre de “Display”. Los hermanos lo renombraron como Photoshop. Una empresa solitaria llamada Silicon Valley declaró que Adobe compró el software, y Photoshop 1.0 salió al mercado hace 25 años, un martes, día 19 de Febrero de 1990, para los Macintosh. Fue la revolución del retoque digital: el campo del retoque digital ya existía, pero era un comercio caro para empresas y profesionales de alto prestigio, un proceso que alcanzaba costes desde los 300$ por hora. El completo programa Photoshop 1.0 tenía un precio de 1000$.
Más de tres millones de copias fue las que vendió Adobe al finalizar la década. Es más, la magnitud del impacto Photoshop fue tal, que dió lugar a la creación de un nuevo verbo con mucho poder – photoshopear – que entró en el diccionario en 1992.
El artista David Hockney fue uno de los primero clientes. El programa no tardó en llamar la atención de las revistas, que se dieron cuenta de que podían manipular las imágenes, para conseguir el efecto que deseaban. Toda la prensa cambió, más aún cuando TIME photoshopeó una portada de O.J. Simpson en 1994, retocando la fotografía de éste para que su piel parezca más oscura, con fin de manipular las masas y añadir más gravedad, si cabía, al asunto que implicaba a Simpson en dicha época.
Hemos vivido en el mundo del Photoshop desde entonces – un planeta donde retocar es la norma, donde ninguna imagen puede considerarse fiel replica de la realidad que pretende reflejar. Han visto la luz fantasías impresionantes, y las expectativas de imagen corporal han sido alteradas desproporcionadamente.
Merece atención el respaldo que Youtube le ha ofrecido Photoshop. Ha sido durante mucho tiempo la rebosante plataforma de tutoriales sobre cómo utilizar el software de creciente compejidad.
Recent Comments