El otro día estuve visitando con mi familia el gran Monasterio de San Lorenzo de El Escorial y el Valle de los Caídos, en mi opinion, unos de los “Madrid Wonders”, al que lamentablemente sólo pude inmortalizar por fuera por la (estúpida) prohibición de hacer fotos en el interior del mismo. Es una pena que no te dejen hacer fotos interiores al Monasterio , porque me hubiese gustado haber inmortalizado tanto el panteón de los Reyes donde están enterrados los reyes españoles como la Basílica, que es preciosa, pero lamentablemente hay vigilantes y guardias de seguridad por todo el recinto y es imposible hacer fotos. En estos sitios donde no dejan fotografiar,deberían prohibir sólamente las fotos con flash, que son las que dañan los cuadros y objetos de valor, pero a mi parecer, deberían dejar hacer fotos sin flash, porque no perjudican… El Valle de los Caídos Antes de nada, quiero puntualizar a quienes quieran sacar punta a las cosas porque este es un tema controvertido, quisiera puntualizar que este artículo no tiene ningún tipo de intención política, por razones obvias. Según Wikipedia, el Valle de los Caídos o la Abadía de la Santa Cruz del Valle de los Caídos es un monumento construido entre 1940 y 1958. Se encuentra a 9,5 km al norte del Monasterio de El Escorial en la Sierra de Guadarrama, sobre el paraje del valle de Cuelgamuros. En su diseño participaron los arquitectos Pedro Muguruza y Diego Méndez. El conjunto pertenece al Patrimonio Nacional desde 1957, año de su apertura al público. Francisco Franco ordenó su construcción, y está enterrado allí junto con José Antonio Primo de Rivera, entre otros (casi) 33.000 combatientes de ambos bandos en la Guerra Civil, nacionales y republicanos. Desde el acceso al recinto, una carretera lleva al pie del monumento de la Santa Cruz del Valle de los Caídos, desembocando en una gran explanada. A medio camino entre la entrada y la explanada, el viajero se encuentra con cuatro grandes monolitos cilíndricos, de granito, de 11,50 metros de altura y 1,50 metros de diámetro cada uno . Fueron esculpidos durante el reinado de Felipe II, bajo la dirección del ingeniero italiano, afincado en Toledo, Juanelo Turriano. En la explanada se encuentra la entrada a la cripta (o basílica) de 262 metros de longitud. Se excavaron 200.000 metros cúbicos de roca para su construcción. La puerta de entrada, construida en bronce, es obra del escultor Fernando Cruz Solís. En ella están representados los 15 misterios del Rosario y un apostolado, son los dos arcángeles del atrio. En la reja que da paso a la nave se hallan representados cuarenta santos y está rematada en el centro con la figura del Apóstol Santiago, patrono de España. En la cabecera del crucero está el coro, con sitiales en madera labrada. En los laterales hay dos capillas con buena parte de los restos de las más de 40.000 personas que hay en la basílica, caídos en los frentes de la Guerra Civil, aproximadamente la mitad de cada bando. El Monasterio de San Lorenzo de El Escorial Sigamos con el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, del que dice la leyenda que Felipe II supervisaba las obras de El Escorial. El Real Sitio de San Lorenzo de El Escorial, conocido comúnmente como el Monasterio de El Escorial, es un complejo de palacio, basílica y monasterio. El palacio fue residencia de la Familia Real Española, la basílica es lugar de sepultura de los reyes de España y el monasterio – fundado por monjes jerónimos- está ocupado actualmente por frailes de la Orden de San Agustín. Es una de las más singulares arquitecturas renacentistas de España y de Europa. Ocupa una superficie de 33.327 m², sobre la ladera meridional del monte Abantos, a 1.028 m de altitud, en la Sierra de Guadarrama. Está gestionado por Patrimonio Nacional. Fue considerado, desde finales del siglo XVI, la Octava Maravilla del Mundo, tanto por su tamaño y complejidad funcional como por su enorme valor simbólico. Su arquitectura marcó el paso del plateresco renacentista al clasicismo desornamentado. Obra ingente, de gran monumentalidad, no sólo es un edificio de perfecta traza, sino también un enorme receptáculo de las demás artes. Sus pinturas, esculturas, cantorales, pergaminos, ornamentos litúrgicos y demás objetos suntuarios, sacros y áulicos hacen que El Escorial sea también un museo. Su compleja iconografía e iconología ha merecido las más variadas interpretaciones de historiadores, admiradores y críticos. El Escorial es la cristalización de las ideas y de la voluntad de su creador, Felipe II, un príncipe renacentista.